01 abril 2014

DOS VECINOS DE GUARO DENUNCIAN LOS INCUMPLIMIENTOS DE SEBASTIÁN RUEDA EN SU ÉPOCA DE ALCALDE

Transcurría el mes de Mayo y Francisco y Rosalía disfrutaban pacíficamente de su finca, situada al lado de la obra faraónica de Sebastián Rueda : El Auditorio de La Luna Mora de Guaro.
Se aproximaba el verano y Sebastián Rueda no quería preparar una nueva edición de su festival con unos accesos tan pobres como los del año anterior de su inauguración, esta vez quería dar la campanada con unos accesos más importantes e internacionales.
El problema es que no tenía por donde hacerlo, porque la urbanización por donde se tenía que acceder no estaba construida y lo que tenía que ser la calle de doble vía por donde entraran y salieran los vehículos seguía siendo un campo a través.
Sebastián no podía consentir que la gente viera que su  Auditorio  seguía estando en un descampado y no se le ocurrió otra cosa que los visitantes accedieran desde el pueblo y que lo hicieran a través de una escalinata.
La pendiente era tan alta, que la escalinata tuvo que construirse a base de tramos y repechos, pero él consiguió que ese año de 2011, el Auditorio contara con un nuevo acceso, aunque fuera peatonal y la gente se ahogara en la subida con tanta escalera o los mayores tuvieran que descansar de tramo en tramo hasta llegar a su destino.
No importaba que para ello tuviera que desviar las subvenciones destinadas al embellecimiento del casco histórico del pueblo y que las calles no se arreglaran y con ello recibió de la  Diputación de Málaga en el año 2011, un total de 150.772,18 € para la escalinata y 194.771,35 € para el ajardinamiento exterior de lo que llamó Mirador Singular, dinero que no utilizó para pagar esas obras, porque dejó a deber las facturas de la construcción, que después llevó al Plan de Proveedores, como ya denunciamos en su día.
Tampoco importaba que las obras afectaran a los derechos de los vecinos, porque Francisco y Rosalía se encontraron, un día, que las máquinas les había robado su entrada y que los muros de la escalinata les impedía acceder a su finca.
Lo que pasó después nos lo cuentan ellos, porque quieren que todos los demás vecinos se enteren de que Sebastián Rueda les engañó, según afirman claramente.
 
 
 
 
 
 
Un Alcalde debe cumplir lo que promete a sus vecinos y más aún si ello es a cambio de un derecho arrebatado.
Esperamos que Noé Oña no haga lo mismo, porque es ahora su obligación dar satisfacción al compromiso del Ayuntamiento de Guaro para con ellos.
PPGuaro / PartidoPopularGuaro